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Mostrando entradas de enero, 2015

Adaptar posturas

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Así como no existe LA verdad absoluta, ya que hay tantas verdades como individuos; en yoga no existe LA postura. Algo muy importante a tener en cuenta en la práctica de yoga es que no debemos atenernos a una postura única, inmodificable que haya que lograr a cualquier costo. Cada postura ofrece una amplia variedad de adaptaciones según las posibilidades de cada practicante y de cada ocasión. Lo que está “bien”  para una persona, puede no serlo para otra. Lo que parece "correcto" en determinado momento, quizás no lo sea en otra situación. Encontrar la mejor versión que se adapte al cuerpo de cada uno nos da la oportunidad de realizar una búsqueda en nuestro interior, auto-observarnos, escucharnos, reconocernos como seres únicos con limitaciones, aptitudes y potencialidades. Es una forma de practicar el autoconocimiento.

Opuestos complementarios

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Las fuerzas parejas del bien y del mal, de la luz y de la oscuridad aparecen, con pequeñas variaciones, en casi todas las tradiciones. En el símbolo del Taoísmo chino del yin y del yang, por ejemplo, cada uno de los polos contiene al otro, ambos representan la relación existente entre los opuestos, indisolublemente unidos en un abrazo eterno, y su continua transformación mutua. El yin y el yang se asocian con determinadas características y se manifiestan en todo el cosmos. El yin se asocia con lo femenino y con la oscuridad, el almacenaje, la introversión y el frío. En el mundo natural, se presenta en la Luna y en el agua, y está presente en la sangre y en el interior del cuerpo humano. El yang se asocia con lo masculino y con la luz, la actividad, la extroversión y el calor. En el mundo natural, el yang tiene su representación en el Sol y en el fuego; en el cuerpo humano se relaciona con el flujo de la energía vital  y las superficies exteriores.     En el Yoga se