Pratipaksha Bhavana
Pratipaksha es una práctica que nos invita a observar nuestra mente, tomar consciencia de nuestros sentimientos negativos y reflexionar sobre la cualidad opuesta.
Significa contrarrestar lo opuesto con consciencia plena y capacidad de discernir para equilibrar.
Ante una cualidad que queremos modificar, una situación o un sentimiento negativo, podemos reflexionar sobre los motivos que lo causan y cultivar lo opuesto. Tomar consciencia y estudiar las fuerzas opuestas con calma y paciencia desarrolla el equilibrio.
Pratipaksha transmite la idea de tomar la postura contraria.
En una asana se trabaja a nivel físico, en órganos y células, y a nivel fisiológico, lo que provoca cambios en los sentidos, la mente y el intelecto. Al realizar una asana, podemos observar y ajustar cuidadosamente la posición de los músculos, comprobando su ligereza o pesadez, para lograr cierto equilibrio. Podemos acentuar determinada sensación, buscar su opuesto y observar la causa de dicha sensación. Podemos ajustar armoniosamente los lados derecho e izquierdo del cuerpo, el frente y la parte posterior. Aprendemos a reconocer el lado débil y el inteligente, provocando un intercambio que brinda equilibrio entre las células musculares y los lóbulos cerebrales, lo que ofrece tranquilidad en la mente.
En los pranayamas aprendemos a controlar el flujo entre inhalaciones y exhalaciones, entre el lado derecho e izquierdo de los orificios nasales y los pulmones. Este equilibrio se da gracias a pratipaksha, brindando estabilidad emocional.
Es por ello que asana no es sólo un ejercicio físico, ni pranayama, un ejercicio respiratorio. Producen un equilibrio y armonía internas, pero son, en realidad, la expresión externa de la armonía interna.
Cuando el ser humano se desequilibra, intenta cambiar su entorno en vez de cambiarse a sí mismo, a fin de crear la ilusión de que disfruta de salud y armonía. Aprender a equilibrarnos internamente a nosotros mismos a través de la observación de los opuestos, nos da la posibilidad de vivir en armonía con el mundo natural. Al ser estables, nos adaptamos a los cambios externos. La flexibilidad que logramos en una asana es el símbolo manifiesto de la elasticidad que conseguimos con relación a los problemas y desafíos de la vida.