¿Qué es meditar?
La meditación es una práctica milenaria que aporta beneficios a quienes la realizan tanto a nivel físico, mental y espiritual.
La relajación provocada por la meditación tiene un efecto directo inmediato en el cuerpo, controlando la respiración y los pensamientos. Contrariamente a la creencia popular, más que alejarnos de los problemas del mundo físico y del cuerpo, la meditación ofrece la oportunidad de formar mejores relaciones con ellos y potenciar el "sentirse mejor". Al meditar tomamos conciencia de la realidad espiritual en nuestras vidas. Podría decirse que es la práctica de la conciencia relajada.
Meditar es contemplar, poner la atención en alguna cosa material o espiritual. La atención es la clave. Se puede decir que meditar es aquietar, estabilizar o abrir la mente. En los libros de Yoga (Yoga Sutras de Patanjali) se llama meditar el hecho de retirar los sentidos, concentrarse y contemplar, lo que lleva a un estado supraconsciente, la realización intuitiva, la identidad del alma o espíritu individuales con el alma o espíritu cósmicos.
Normalmente en estado de vigilia, cuando los sentidos están volcados al exterior y en actitud de alerta, las ondas cerebrales se hallan en la frecuencia beta, con diferencias entre ambos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro.
Durante la meditación este panorama cambia totalmente. Apenas comienza la sesión, aparece un gran aumento de la actividad alfa, que corresponde al estado de relajación y se registra especialmente en los momentos previos al sueño; a continuación, aumenta la amplitud de las ondas alfa y se observa una sincronización mayor entre los dos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro, provocando una sensación de integración entre el cuerpo y la mente.
Cuando la meditación se profundiza es posible llegar a la actividad theta, que es la que aparece durante el sueño y se caracteriza por la memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.
La meditación es una experiencia puramente personal, por lo tanto "única". Lo que funciona en una persona no tiene por qué funcionar en otra. Por ello, es necesario realizar una búsqueda personal para descubrir cuál es la manera de meditación que mejor se adapta a uno mismo.
La relajación provocada por la meditación tiene un efecto directo inmediato en el cuerpo, controlando la respiración y los pensamientos. Contrariamente a la creencia popular, más que alejarnos de los problemas del mundo físico y del cuerpo, la meditación ofrece la oportunidad de formar mejores relaciones con ellos y potenciar el "sentirse mejor". Al meditar tomamos conciencia de la realidad espiritual en nuestras vidas. Podría decirse que es la práctica de la conciencia relajada.
Meditar es contemplar, poner la atención en alguna cosa material o espiritual. La atención es la clave. Se puede decir que meditar es aquietar, estabilizar o abrir la mente. En los libros de Yoga (Yoga Sutras de Patanjali) se llama meditar el hecho de retirar los sentidos, concentrarse y contemplar, lo que lleva a un estado supraconsciente, la realización intuitiva, la identidad del alma o espíritu individuales con el alma o espíritu cósmicos.
Normalmente en estado de vigilia, cuando los sentidos están volcados al exterior y en actitud de alerta, las ondas cerebrales se hallan en la frecuencia beta, con diferencias entre ambos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro.
Durante la meditación este panorama cambia totalmente. Apenas comienza la sesión, aparece un gran aumento de la actividad alfa, que corresponde al estado de relajación y se registra especialmente en los momentos previos al sueño; a continuación, aumenta la amplitud de las ondas alfa y se observa una sincronización mayor entre los dos hemisferios y entre las zonas anterior y posterior del cerebro, provocando una sensación de integración entre el cuerpo y la mente.
Cuando la meditación se profundiza es posible llegar a la actividad theta, que es la que aparece durante el sueño y se caracteriza por la memoria plástica, mayor capacidad de aprendizaje, fantasía, imaginación e inspiración creativa.
La meditación es una experiencia puramente personal, por lo tanto "única". Lo que funciona en una persona no tiene por qué funcionar en otra. Por ello, es necesario realizar una búsqueda personal para descubrir cuál es la manera de meditación que mejor se adapta a uno mismo.